Contabilidad 4 min de lectura
Contabilidad y auditoría en la empresa
¿Preocupado por temas de contabilidad y auditoría? No es extraño, puesto que se trata de áreas clave para la gestión efectiva del negocio. La contabilidad implica hacer un seguimiento, informar y analizar las transacciones financieras. Abarca todo, desde la preparación de declaraciones de impuestos hasta la preparación de estados financieros para empresas multinacionales, y se considera una disciplina fundamental dentro de la administración de empresas.
Pero contabilidad y auditoría no son lo mismo. Una auditoría es un examen independiente de los registros contables y financieros y los estados financieros para determinar si se ajustan a la ley y a los principios contables generalmente aceptados.
Contabilidad: qué es y quién se ocupa de ella en la empresa
¿Qué es la contabilidad?
En su forma más básica, la contabilidad se puede definir como el sistema que permite organizar y registrar las finanzas de una empresa u otra entidad.
¿Quién puede llevar la contabilidad del negocio?
El término «contable» no está regulado, por lo que cualquier persona, incluso sin ninguna educación formal en contabilidad, podría ocuparse de esta tarea. Sin embargo, diferentes negocios y puestos requerirán distintos niveles de experiencia. Las empresas varían mucho en sus requisitos y, por ejemplo:
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El propietario de una pequeña empresa con finanzas sencillas podría administrar sus libros y declarar sus impuestos por su cuenta, actuando efectivamente como su propio contable.
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En empresas de mayor tamaño, es posible que se requiera una educación formal en contabilidad para un puesto de este tipo.
Auditorías financieras: definición y aplicación
¿Qué son las auditorías financieras?
Contrariamente a la creencia popular, los auditores financieros no buscan principalmente casos de fraude cuando auditan una empresa. Si bien descubrir el fraude a veces es parte del trabajo, el papel de los auditores financieros externos es cumplir el objetivo de la auditoría: ayudar a proporcionar una seguridad razonable de que una empresa no tiene lo que se conoce como «errores materiales» en sus informes financieros.
Pueden distinguirse dos tipos de auditorías financieras:
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Las auditorías externas dan como resultado una opinión de auditoría profesional, en la que los usuarios de los estados financieros, como posibles inversores o prestamistas, confían en que los estados financieros son precisos.
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Las auditorías internas se realizan para ayudar a la administración a identificar áreas de mejora en los controles internos de su empresa y el cumplimiento de las regulaciones pertinentes.
¿Quién puede realizar una auditoría financiera?
Las personas que no están especializadas en finanzas, contabilidad y auditoría pueden ayudar en un proceso de este tipo, ya que las auditorías internas generalmente las realizan los propios empleados de la empresa. Sin embargo, a veces conviene solicitar la opinión de terceros. No hay que olvidar que los auditores internos son parte de la organización. Y, aunque su propósito es ayudar a la empresa a alcanzar sus metas mejorando las operaciones, los controles internos, la gestión de riesgos y los procesos de gobierno; al final, son parte del negocio y les puede faltar objetividad.
Es entonces cuando se recurre a una firma de contabilidad y auditoría profesional, independiente en apariencia y hechos, para garantizar que no pueda producirse ningún conflicto de intereses, como invertir en el negocio o aceptar obsequios de la empresa que se está auditando. Los auditores externos ingresan a organizaciones desde el exterior con el propósito de brindar una opinión independiente sobre los registros contables y financieros. Para algunas compañías, es requisito necesario contar con su visión. Por ejemplo, todas las empresas que cotizan en bolsa están obligadas por ley a auditar externamente sus estados financieros.